Cuando ordenamos nuestra vida para hacer espacio para la correcta y más higiénica disposición de residuos, tenemos muchos beneficios.
En primera, nuestros residuos orgánicos se pueden bien aprovechar por la Tierra, dejamos de generar gas metano que vaya a la atmósfera y podemos generar tierra muy fértil.
También resulta importante que nuestra basura ya no huele mal, los animales callejeros no irrumpen en nuestras bolsas y/o basureros. Por lo que nuestra experiencia con los residuos se empieza a transformar.